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Lopéz, Omar

Título: Basamentos Teóricos - Prácticos de la Revolución Coreana y la Revolución Bolivariana, Vinculadas en la Defensa de la Patria.

Autor:  López Omar


Resumen:

 

La génesis de la Revolución Coreana y la Revolución Bolivariana están vinculadas por los aportes teóricos de sus líderes, Kim Il Sung y Hugo Chávez, a través de conceptos como: autodeterminación, independencia, internacionalismo proletario, sustentación en la historia y la cultura de sus pueblos, unión cívico-militar, prioridad militar para la defensa de la patria, consolidación de milicias populares, profunda vinculación del líder y las masas populares. Ambos procesos revolucionarios fueron concebidos teóricamente, en amplias discusiones colectivas, bajo la orientación de dichos líderes y su desarrollo en praxis se convirtió en una orientación estratégica de los mismos. En el caso coreano, en un principio se denominó Idea Juche (Nuestro partido adoptó con fuerza la idea Juche, para resolver los problemas de la revolución y la construcción del socialismo con independencia, según las condiciones propias de nuestro país, con nuestro propios enfoques. Kim Il Sung). En el caso venezolano, el comandante Chávez lo denominó Socialismo del Siglo XXI, sustentado en las ideas de Bolívar, Simón Rodríguez y Zamora (Árbol de las tres raíces).


Contenido:

Introducción. 

Las relaciones diplomáticas e internacionales entre los países siempre han estado caracterizadas por el pragmatismo, que permite y favorece el intercambio comercial aun entre naciones de diversos signos políticos e ideológicos. Sin embargo, estos principios de la geopolítica se han venido trastocando con la locura imperial de los EEUU de convertirse aun más en un gendarme universal, al que obedecen sumisamente hasta países industrializados como Alemania, Francia, Reino Unido y Europa en general y, con más razón sus lacayos ubicados en su patio trasero. Esta política injerencista, además de estar acompañada por intervenciones militares directas, se expresa también en sanciones y bloqueos económicos y financieros, que solo tienen el propósito de ahogar y hacer colapsar las economías de aquellos países que no se entregan a sus directrices y combaten las pretensiones del imperio de adueñarse de sus riquezas. Ya no se trata del intercambio comercial desigual de otras épocas, es hacerse con los recursos y materias primas de otros pueblos. Este panorama político y económico actual hace que países tan distantes y con profundas diferencias culturales e históricas, como Venezuela y la RPD de Corea, comiencen a tener unas relaciones más estrechas y unos intercambios comerciales, políticos, culturales y militares, una de las opciones estratégicas que deben asumir para enfrentar juntos la amenaza imperial. En este momento ya se han establecido sedes diplomáticas en Caracas y Pyongyang y frecuentemente se producen visitas y contactos de alto nivel entre la dirigencia política de ambos países. En virtud de lo anterior, es un deber revolucionario estudiar esa realidad política, social y cultural como lo es la RPD de Corea, uno de los países que estará a nuestro lado, en caso que se concreten las amenazas de intervención militar de los EEUU y sus aliados. Esta es la principal motivación para desarrollar este trabajo y tener una visión de un país lejano geográficamente pero que política y culturalmente se nos ha hecho más cercano.

La realidad con la que nos hemos encontrado, es que los procesos políticos y revolucionarios de Corea y Venezuela tienen múltiples puntos de coincidencia histórica, política e ideológica en cuanto a los aportes de sus líderes fundamentales Kim Il Sung y Hugo Chávez. No obstante lo anterior, es obvio plantear que hay diferencias marcadas entre ambos líderes y ambos procesos, por razones de tiempo y espacio y por sus métodos de lucha revolucionaria. A tal efecto, haremos una revisión y análisis del proceso coreano iniciado a principios del siglo pasado, con las luchas antijaponesas desarrolladas por Kim Il Sung para liberar su patria del coloniaje japonés y posteriormente lo que significó la presencia guerrerista de los EEUU en la península coreana después del final de la II Guerra Mundial. Realizaremos amplias citas históricas sobre las discusiones y discursos de Kim IL Sung donde se ponen de manifiesto su papel de estudioso para prefigurar lo que sería la RPD de Corea, una vez liberada del dominio japonés. Es pertinente aclarar que la dominación japonesa, en extenso y como enclave colonial, se mantuvo entre 1910 y 1945. La derrota de Japón en la II Guerra Mundial favoreció el triunfo de la guerrilla antijaponesa conducida por Kim IL Sung y condujo a la fundación de la RPD el 9 de septiembre de 1948. 

Este trabajo no tiene únicamente pretensiones de estudio comparativo, como un ejercicio intelectual, sino que constituye una herramienta política sobre cómo debe prepararse Venezuela para esta larga guerra de resistencia por haberse convertido en una amenaza para los intereses de los EE.UU., en su afán de paliar su crisis actual, apoderándose de los recursos de otros países. El objetivo estratégico de este trabajo es consolidar una política de defensa nacional y de la revolución bolivariana, estudiando y analizando las experiencias de otros pueblos en sus luchas por mantener su soberanía y su independencia. En ese sentido, la RPD de Corea es para nosotros el mejor laboratorio para prepararnos política y militarmente para enfrentar a los EE.UU. 

Condiciones históricas, políticas, económicas y culturales de corea y Venezuela antes de construir y consolidar sus procesos revolucionarios. 

El nacimiento, desarrollo y crecimiento vital y político de Kim Il Sung (15 de abril de 1912) ocurre en una Corea dominada por el imperialismo japonés, que en 1910 la transformó en una colonia. Su posición geográfica siempre la ha convertido en un objetivo estratégico de expansión de los imperios en disputa, en diversas épocas históricas. A tal efecto, es oportuna la siguiente cita: 

En este sentido, la península de Corea dispone de todos los elementos para ser un escenario clásico del juego político y, por ello, podemos encontrar recientemente tres momentos históricos en los que ha desempeñado este papel. En primer lugar, como espacio estratégico regional disputado por China, Japón y Rusia; después, como teatro de conflicto entre las dos superpotencias, entre las dos grandes ideologías surgidas tras la Segunda Guerra Mundial; por último, tras el final de la guerra fría, un marco de confrontación entre los dos sistemas políticos e ideológicos que representan las dos naciones, Corea del Norte y Corea del Sur, como factor determinante de generación de crisis”. (El conflicto de Corea. Carlos R. Fernández y Emilio Borque Lafuente. Págs. 13 y 14) 

El coloniaje japonés trató por todos los medios de borrar la historia, la cultura de Corea, llegando incluso a prohibir a los coreanos hablar su propio idioma, privilegiando el uso del idioma japonés. Ese es el escenario histórico, político y cultural en que se forja Kim Il Sung como luchador revolucionario. Desde allí emprende su lucha de liberación de la patria, comandando la guerrilla antijaponesa, que posteriormente se convierte en el Ejército Popular de Corea. Es todo un proceso de construcción y reconstrucción de un país colonizado en el que no bastaba con liberarlo política y militarmente, como en efecto ocurrió el 15 de agosto de 1945, sino que había que iniciar desde sus cimientos la recuperación de su sentido histórico, su cultura, su condición de nación milenaria, su idioma e incluso a prefigurar el tipo de revolución a desarrollar, sin adscribirse ni a sumarse a centros de poder que en ese momento ocupaban el escenario político y revolucionario, como lo eran la URSS y la revolución china de Mao Tse Tung. Al fragor de la lucha antijaponesa, se daban candentes discusiones en torno a esto, donde se pone en evidencia la claridad política de Kim Il Sung. Es pertinente hacer la siguiente cita, sacadas de sus Memorias. En un momento de discusión y polémica con el revolucionario y guerrillero anti japonés, Dong Changrong, quien insistía en que sí consideraba necesario revisar lo del establecimiento de soviets, como en Rusia y al mismo tiempo se preguntaba qué otra opción tenían, si hasta ese momento la humanidad sólo había conocido las experiencias de La Comuna de Paris y la experiencia rusa, con la gran Revolución de Octubre. Ante esta argumentación, Kim Il Sung respondió a su camarada:

“Camarada Dong Changrong, ¿acaso la clase obrera de Francia consultó algún clásico para organizar la comuna?  ¿Y el soviet de Rusia era un tipo de poder descrito en los clásicos por los creadores del marxismo?  ¿Cómo puede considerarlo sólo como producto del cerebro de un genio? Creo que el Soviet no hubiera aparecido en el escenario de la historia, si la realidad de Rusia y su pueblo no la hubieran necesitado.” (Kim Il Sung. En el Transcurso del Siglo. Memorias No. 6.) 

En esa misma dirección, plantea en sus memorias Kim Il Sung, la esencia de lo que posteriormente se convertiría en la Idea Juche, filosofía que hasta hoy ha conducido a la RPD de Corea a ser una potencia militar y nuclear y ha resistido todos los intentos de los EEUU por derrocarlos

“Estudiamos el marxismo-leninismo y adquirimos la experiencia de lucha de los partidos de otros pueblos, no por disfrutar de un nuevo conocimiento. Aprendemos la teoría, los puntos de vista y los métodos marxistas y estudiamos las experiencias de las luchas revolucionarias de los partidos hermanos, para poder analizar acertadamente los problemas de la revolución y las cuestiones políticas y económicas de nuestro país y para proveernos de una guía de acción en nuestras luchas”

Asimismo plantea que: 

“Pese a ello, no pocos de nuestros miembros, en vez de asimilar críticamente las experiencias de lucha de los partidos de otros países, se los tragan por entero sin digerirlos, y si saben imitar mecánicamente lo ajeno, no saben cómo aplicarlo a las condiciones de nuestro país”

(Kim Il Sung. En el Transcurso del Siglo. Memorias No. 6.) 

Este primer abordaje sobre las condiciones en las que se encontraba Corea antes de la liberación de la patria y en la cual Kim Il Sung inicia su lucha política, nos conduce a ver una primera coincidencia histórica con la situación venezolana en lo político y en lo económico en las que nace el comandante Hugo Chávez (28-07-1954). Aunque no formalmente, Venezuela era una colonia y su historia, su cultura, sus valores y su concepto de nación habían sido desdibujadas por la cultura norteamericana, en un proceso de transculturación indetenible que aun hoy, a veinte años de iniciada la revolución bolivariana, persiste y se niega a morir. La cultura gringa impregnaba todo el tejido social, cultural, político, con un consumismo desenfrenado que dio lugar a una pérdida de valores, potenciado con una publicidad mediática por todos los frentes. La sociedad venezolana se había despolitizado, dejando campo abierto a la consolidación de un proceso de colonización de hecho, donde los partidos políticos y los políticos estaban en franco y justificado desprestigio.  Ese es el escenario donde irrumpe la figura histórica de Hugo Chávez y, al igual que Kim Il Sung, comienza a prefigurar un nuevo proyecto político para Venezuela, traducido posteriormente en el Proyecto Nacional Bolivariano. Tanto Kim Il Sung como Hugo Chávez tienen el inmenso mérito como políticos y como líderes, de haber configurado un modelo político para sus países, mucho tiempo antes de concretarse su arribo al poder. Igualmente, ambos líderes sembraron en el seno de sus pueblos un sentimiento nacionalista, con carácter antiimperialista, sin dejar de tener una visión internacionalista y de solidaridad con otros pueblos. Antes de citar al comandante Hugo Chávez, es altamente pertinente citar al presidente Maduro, quien en el prólogo del Libro Azul presenta con toda claridad la afirmación anterior: 

“Como pocas veces en la historia venezolana, un hombre ideó las bases de un sistema político, económico y social, y se encargó de convertirlo en carne histórica. Y es que Chávez, desde el mismo instante en que advirtió para siempre que su vida se la dedicaría por entero a la resurrección de la Patria, supo que un nuevo proyecto histórico digno de tal nombre debía partir del sustrato ético e ideológico de la inconclusa lucha heredada. Sólo rescatando el carácter afirmativo de la venezolanidad, para decirlo con Augusto Mijares, y luchando sin tregua por la victoria final de todas las luchas de nuestro pasado, podríamos tener real y verdaderamente Patria. Nos habíamos convertido a lo largo del siglo XX en un Pueblo huérfano de nuestro glorioso pasado, de tal suerte que perdimos toda forma de reconocimiento”.  (Prólogo de Nicolás Maduro. pág. 12.) 

A tal efecto, vamos a citar algunos planteamientos de Hugo Chávez, en lo que hoy se conoce como el Libro Azul.

 “Y es, precisamente, en este marco desideologizado y con el propósito de hallar recursos válidos para que nuestro pueblo avance por el mapa intrincado y complejo del futuro que nos hemos atrevido a invocar un modelo ideológico autóctono y enraizado en lo más profundo de nuestro origen y en el subconsciente histórico del ser nacional. En la médula del pensamiento de don Simón Rodríguez se encuentra la simiente de un proyecto de sociedad basado en la educación popular y en la creatividad. Simón Rodríguez concibe la idea concreta de la República y talla las formas del Estado Nacional y las líneas geohistóricas de su proyección en el tiempo” 

En esa misma dirección continúa señalando Chávez en el Libro Azul. 

¿Cuál es la razón por la que estamos aquí y ahora anunciando y promoviendo cambios profundos al comenzar la última década de este siglo “perdido”? Pudieran enunciarse infinidad de causas, pequeñas y grandes, pasadas y presentes, estructurales y coyunturales, para exponer a los hombres de esta hora tal razón. Sin embargo, todas las que aquí pudieran señalarse serían tributarias de una misma corriente, cuyo cauce viene de muy lejos y cuyo lecho aparece y desaparece de manera intermitente en los recovecos y vueltas, casi siempre oscuros, de la historia patria. Existe entonces, compatriotas, una sola y poderosa razón: es el proyecto de Simón Rodríguez, El Maestro; Simón Bolívar, El Líder; y Ezequiel Zamora, El General del Pueblo Soberano; referencia verdaderamente válida y pertinente con el carácter socio-histórico del ser venezolano, que clama nuevamente por el espacio para sembrarse en el alma nacional y conducir su marcha hacia la vigésimo primera centuria. El clamor se hace indetenible por los caminos de Venezuela. Se acerca, se hace torrente y se confunde en el estremecimiento del pueblo venezolano. Este proyecto ha renacido de entre los escombros y se levanta ahora, a finales del siglo XX, apoyado en un modelo teórico-político que condensa los elementos conceptuales determinantes del pensamiento de aquellos tres preclaros venezolanos, el cual se conocerá en adelante como Sistema EBR, el Árbol de las Tres Raíces: la E, de Ezequiel Zamora; la B, de Bolívar y la R, de Robinson. Tal proyecto, siempre derrotado hasta ahora, tiene un encuentro pendiente con la victoria. Nosotros, simplemente, vamos a provocar dicho encuentro inevitable.  (Hugo Chávez. El libro Azul. pág. 43).

Tanto para Kim IL Sung como para Hugo Chávez, la lucha política y revolucionaria que desarrollaban cada uno en su momento, no eran obstáculos para teorizar sobre las condiciones objetivas concretas de su tiempo y que era necesario cambiar o transformar para que sus proyectos políticos tuvieran éxito. Citando de nuevo el libro Azul, nos encontramos con esta otra cita de Chávez:

…..Por otra parte, se ha dado persistentemente la tendencia, en nuestros pensadores contemporáneos, de buscar modelos en otras latitudes para importarlos y tratar de implantarlos en nuestras sociedades. Mientras tanto, nuestros pueblos se han ido alejando cada vez más de sus raíces históricas, allí donde seguramente se encuentran las claves para descifrar el terrible enigma que nos mantiene en un ir y venir por el abismo de la historia, ya a las puertas del siglo XXI. Las ideologías son ayudas de navegación para surcar los tiempos y los espacios, dándole rumbos precisos a las sociedades y a las naciones.  (Hugo Chávez. El libro Azul. pág. 43).

Si hace falta otra cita de Chávez para demostrar su carácter de pensador y de constructor de una nueva Venezuela, al igual como lo evidenció  Kim Il Sung en el proceso de construcción de la nueva Corea, aquí presentamos este testimonio más que esclarecedor en ese sentido:

El modelo de la sociedad original de la Venezuela del siglo XXI está concebido con el criterio de un sistema de gobierno que abra con amplitud ilimitada los espacios necesarios donde los pueblos, la masa popular, se desplieguen creativa y eficazmente, y obtengan el control del poder para tomar las decisiones que afectan su vida diaria y su destino histórico. Se trata, entonces, de un verdadero y auténtico sistema democrático, cuyas instituciones y procedimientos trasciendan con creces la minusvalía y el estado de sobrevivencia al que los gobiernos populistas llevaron la democracia en América Latina. “Todo el Poder para el pueblo” es una consigna perfectamente válida que debe orientar el proceso democratizador hacia la sociedad proyectada en el horizonte objetivo”. (Hugo Chávez. El libro Azul. pág. 75). 

En ambos casos, tanto de Corea como de Venezuela, después de que sus líderes fundamentales, en épocas diferentes, asumieran el poder directo, comenzaron a concretarse muchas de las ideas y proyectos discutidos ampliamente de manera colectiva. El objetivo es ir desglosando cada política desarrollada en ambos países, preconcebidas como líneas de acción, con miras a preservar y defender los proyectos que se iban a poner en práctica y que, a nuestro juicio, tienen amplias coincidencias y le ha permitido a la RPD de Corea consolidarse como nación y como estado, teniendo un respeto generalizado de la comunidad internacional y la ha convertido en una potencia militar y nuclear, con carácter disuasivo para la defensa de su soberanía y su independencia. En el caso venezolano, tales propuestas y proyectos políticos están en desarrollo y de su concreción y consolidación depende su capacidad de resistencia ante las sanciones unilaterales, bloqueos financieros y económicos y amenazas de intervención militar directas de los EEUU o a través de sus aliados títeres. 

Lo militar como prioridad para la defensa nacional y la consolidación de la independencia y la soberanía 

Como es común en muchos estrategas militares y a la vez, estudiosos profundos de sus realidades sociales y políticas, Kim Il Sung avizoró correctamente las posibles debilidades de la revolución coreana en su desarrollo posterior, basado en experiencias de otros pueblos, pero fundamentalmente, en la historia de Corea y las condiciones en que se encontraban las fuerzas militares propias en sus luchas en contra de las constantes invasiones a las que fue sometida la península coreana, en diversas épocas históricas. En esa dirección, los revolucionarios coreanos comenzaron a poner en práctica una política de prioridad militar a la que conocemos en español como Política Songun. A tal efecto vamos a trabajar un texto coreano de Ri Jong Chol.  Como respuesta a la insistente pregunta que se hacen desde fuera de Corea, de por qué se da prioridad a lo militar, ante otros problemas quizás más importantes, se platea: 

“Se puede encontrar la respuesta en las lecciones que la historia de Corea sacó de las ruinas del país, en las experiencias en la lucha armada por recuperar su independencia y la amenaza permanente de la agresión extranjera en el trayecto de la construcción de la nueva sociedad” (Ri Jong Chol. Política Songun de Corea. Pag. 3). 

Para Kim Il Sung, desde un principio, lo militar y la defensa de la patria fue un objetivo estratégico, al que le dedicó su mayor esfuerzo, para poder garantizar su estabilidad y su permanencia, porque ya conocía la naturaleza depredadora e injerencista del imperio norteamericano. A tal efecto, nos señala este líder coreano, Padre fundador de la RPD de Corea: 

“Somos hijos de un pueblo esclavizado, arrebatados de la estatalidad (Sic), del territorio, de los recursos naturales del país. Somos jóvenes con las manos vacías que vivimos en una tierra extraña, como en una casa ajena, alquilada. Sin embargo, desafiemos sin titubeos a los imperialistas japoneses. ¿En qué confiamos? Hemos decidido iniciar la guerra antijaponesa confiando en el pueblo. Para nosotros este representa al estado, a la retaguardia y al ejército regular. Si comienza el combate todos los integrantes del pueblo se convertirán en soldados. Por esta razón, podemos decir que la guerra de guerrillas, que vamos a desplegar, será una contienda popular” (Ri Jong Chol. Política Songun de Corea. Pag. 11). 

Las citas anteriores evidencian que la prioridad en los asuntos militares (Política Songun) surgió como una necesidad de la revolución coreana para mantener su independencia y su soberanía, de ninguna manera era una posición guerrerista sino una política disuasiva ante la amenaza imperial que aún se cierne sobre todos los países del mundo. Basta ver los ejemplos de Chile, con Salvador Allende en 1973 y las invasiones militares a Irak, Libia, países que ingenuamente pensaron que podían negociar con EEUU el desarrollo de sus políticas progresistas y tocar mínimos intereses transnacionales, sin sufrir consecuencias como las que lamentablemente ocurrieron y que deben ser ejemplos para Venezuela y otros países que aspiran a construir caminos propios de soberanía y de independencia. De allí la insistencia de Kim Il Sung en otorgar prioridad a los asuntos militares. En uno de sus discursos señalaba: 

…”un país que no tiene su propio ejército nacional no puede ser considerado país plenamente soberano e independiente, si no fundamos las fuerzas armadas regulares revolucionarias al mismo tiempo de establecer el poder popular en la patria emancipada, no podremos defender las conquistas alcanzadas…” 

El comandante Hugo Chávez, con una visión similar a la del constructor de la RPD de Corea, Kim Il Sung, siempre tuvo una posición estratégica en cuanto a una profunda transformación de la fuerza armada que había servido de sostén y mantenimiento a los gobiernos entreguistas de la IV República, producto de la traición al glorioso ejército bolivariano a partir de las desviaciones políticas de Páez que generó la desintegración de la Gran Colombia y la muerte de Ezequiel Zamora y su proyecto de la Guerra de la Federación. Unas fuerzas armadas formadas en las escuelas y academias de los EE.UU. de ninguna manera podían ser garantía para iniciar un proyecto revolucionario como el venezolano. El golpe de estado de abril de 2002 y la posición jugada por la mayor parte del alto mando militar aceleró la transformación total de las fuerzas armadas venezolanas. No obstante lo anterior, el comandante Chávez siempre tuvo en mente este asunto tan importante, como lo es contar con unas fuerzas armadas que permitieran a la revolución bolivariana estar preparadas para la defensa nacional y hacer permanente el proceso de cambios que se viene desarrollando desde hace veinte años. Nos vamos a permitir citar a un conocido intelectual de derecha, Aníbal Romero, experto en asuntos militares, quien en uno de sus artículos señala lo siguiente:  

“Cuando Chávez habla del espíritu militar antiimperialista, ese es un mensaje directo contra los Estados Unidos. El objetivo final de Chávez es crear un componente militar disuasivo contra Estados Unidos. Esto no significa que el presidente se imagine ganándole una guerra convencional a la primera potencia. Lo que Chávez quiere es acumular el poder bélico para hacerle entender a Washington que el costo de cualquier intervención en Venezuela sería muy alto…”  (Aníbal Romero. El Nacional, 29 diciembre 2004. pág. A2.) 

En esa cita anterior esta contenido todo el proceso de construcción de unas fuerzas armadas acordes con las necesidades de cambios profundos que se ha propuesto la revolución bolivariana y que ha continuado con el presidente Maduro. Los recientes ejercicios militares “Escudo Bolivariano” son palpables demostraciones de los que estamos afirmando. Es una respuesta y una necesidad ante las constantes amenazas de los EE.UU. y sus aliados de invadir a Venezuela. Es la misma visión que a principios del siglo pasado tuvo Kim Il Sung cuando se preparaba para enfrentar al imperio Japonés y derrotarlo y cuando tuvo que luchar contra el arrogante imperio de los EE.UU. en la guerra de Corea, obligándolos a la firma de un humillante armisticio en 1953.

Veamos algunos elementos de este proceso de transformación y construcción de lo que constitucionalmente se denomina hoy Fuerza Armada Nacional Bolivariana, citando principalmente al comandante Chávez: 

“Los hombres de uniforme seguiremos siendo el brazo armado de la nación, dispuestos a derramar la última gota de nuestra sangre en defensa de los intereses del pueblo, al cual nos debemos, cuya esperanza representamos y estamos obligados a mantener. Debe permanecer en nuestras mentes y en nuestros corazones, como el más valioso tesoro el coraje y la decisión de nuestros antepasados; debe seguir corriendo por nuestras venas el fervor patriótico que nos permita, en un momento determinado por el llamado histórico de los años, sacar a relucir ese coraje y esa decisión, para evitar que sean pisoteadas las tumbas de aquellos hombres, para evitar que sus gritos de reclamo y de protesta retumben en nuestras mentes, para evitar ser juzgados por nuestros hijos y por los hijos de nuestros hijos, como inmerecedores de tales glorias”. (Hugo Chávez. un Brazalete Tricolor. pág. 35) 

Para cerrar esta parte del trabajo citaremos la propuesta que hizo el comandante Chávez para la modificación de la Constitución en el revocatorio de 2007, que no fue aprobado pero que ha servido de orientación para la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de hoy: 

“La Fuerza Armada Bolivariana constituye un cuerpo esencialmente patriótico, popular y antiimperialista, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación, preservarla de cualquier ataque externo o interno y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante el estudio, planificación y ejecución de la doctrina militar bolivariana, la aplicación de los principios de la defensa militar integral y la guerra popular de resistencia, la participación permanente en tareas de mantenimiento de la seguridad ciudadana, y conservación del orden interno, así como la participación activa en planes para el desarrollo económico, social, científico y tecnológico de la Nación. En el cumplimiento de su función, estará siempre al servicio del pueblo venezolano en defensa de sus sagrados intereses y en ningún caso al de oligarquía alguna o poder imperial extranjero. Sus pilares fundamentales son esta Constitución y las leyes, así como la disciplina, la obediencia y la subordinación. Sus pilares históricos están en el mandato de Bolívar: “Libertar a la patria, empuñar la espada en defensa de las garantía sociales y merecer las bendiciones del pueblo” 

La política Songun de la RPD de Corea y la reconstrucción y transformación del componente militar desarrollada en Venezuela, tienen afinidades por su carácter disuasivo y de defensa de la independencia y la soberanía e igualmente ambos procesos, con sus naturales diferencias de espacio y tiempo y de sus métodos de lucha revolucionaria, tienen marcadas coincidencia en lo que en Venezuela Chávez denominó alianza cívico-militar, que comenzó en los inicios de su gobierno como Plan Bolívar 2000 y hoy vemos concretado en las Milicias Bolivarianas, incorporadas como un componente activo de las FANB. 

El partido político como necesidad fundamental para la consolidación de los procesos revolucionarios.

Además de visualizar con claridad la necesidad de una concepción del país y el estado a construir y de lo importante que es una fuerza militar propia y dispuesta a defender la independencia y la soberanía, tanto Kim Il Sung como Chávez valoraron altamente la constitución de un partido político fuerte, donde confluyeran todos los sectores del país y que sirviera de orientación y brújula para el camino revolucionario a emprender, cada cual con sus naturales diferencias. 

En esa dirección, leemos en sus Memorias a Kim Il Sung: 

“También orienta fundar de manera independiente un partido revolucionario. Afirma que es menester sacar una profunda lección de la disolución del Partido Comunista de Corea y crear otro sobre una sólida base y subraya que deben constituir el nuevo partido revolucionario con los propios esfuerzos. Dice que lo que no debe hacerse es crear primero su comité central sino constituir sus organizaciones de base, previa preparación, para luego ampliarlas y fortalecerlas progresivamente, y hacer esos preparativos en estrecha vinculación con la lucha antijaponesa.” (Kim Il Sung. En el Transcurso del Siglo. Memorias No. 6.) 

Veamos otra importante cita de su Biografía:

 “A tal efecto, a finales de septiembre de 1926 convoca una reunión donde  aborda  la  necesidad  de  contar  con  una  organización;  recalca que  para  crearla  es  indispensable  unir  un  mayor  número  de compañeros, e imparte tareas concretas para alcanzar este objetivo. Pasada la etapa de preparación, el 10 de octubre de 1926 convoca la  reunión  preliminar  para  la  fundación  de  la  organización revolucionaria, en la cual discuten su nombre, carácter, programa de lucha  y  normas  de  acción,  y  el  17  del  mismo  mes  se  proclama  la constitución de la Unión para Derrotar al Imperialismo (UDI)”. (Kim Il Sung. En el Transcurso del Siglo. Memorias No. 6.) 

Este primer organismo condujo a una serie de organizaciones políticas y junto al partido comunista de Corea dieron paso al actual Partido del Trabajo de Corea, uno de los pilares fundamentales de la revolución coreana en toda su historia y es tanto su peso que el secretario general del partido es el máximo líder de la nación, Kim Jong Un, como lo fueron sus antecesores Kim Il Sung y Kim Jong Il. 

En el caso de la revolución bolivariana y su máximo líder, Hugo Chávez, encontramos ciertos paralelismo en cuanto a la necesidad de crear nuevas organizaciones políticas, que se convirtieran en un marco referencial para los obreros, campesinos e intelectuales progresistas, ya hastiados del desgaste de los viejos partidos de izquierda, algunos de ellos al servicio del sostenimiento del régimen imperante y obstáculos para cualquier salida revolucionaria. Esa fue la realidad con la que tuvo que lidiar en los momentos previos a su consolidación como líder político. Incluso él mismo, en varias oportunidades señaló que los pocos avances e incluso las dificultades para concretar la insurrección militar de 1992, se produjo por las inconsistencias de esos partidos que se habían comprometido con el movimiento bolivariano.  

Es así como el 24 de julio de 1983, nace el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), en conmemoración de los 200 años del nacimiento del Libertador Simón Bolívar. Su plataforma ideológica es el rescate del pensamiento de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora. Su característica fundamental es que es un movimiento político que nace dentro de los cuarteles, escenario donde se gestan todas las luchas posteriores, potenciadas por el llamado caracazo, en 1989, alzamiento popular ocurrido en Caracas para rechazar las políticas neoliberales que intentaba implantar Carlos Andrés Pérez en su segundo mandato. Después de amplias discusiones, este movimiento político decide optar para la vía electoral y, con miras a participar en las elecciones de diciembre de 1988, el MBR-200 se transforma en un partido político con el nombre de Movimiento Quinta República (MVR), que obtiene una contundente victoria en dichas elecciones, dando inicio desde 1999 a la revolución bolivariana.  Una vez en el ejercicio del poder, el 24 de marzo de 2007, el comandante Chávez funda el Partido Socialista Unido de Venezuela, el cual tiene como característica diferencial de otros partidos políticos venezolanos, ser presidido por el presidente en ejercicio, tal como viene ocurriendo con el Partido del Trabajo de Corea, referido anteriormente. 

El pensamiento económico como arma de liberación de los pueblos: casos República Popular de Corea y República Bolivariana de Venezuela. 

Todo proceso político y revolucionario, que pretenda a realizar cambios y transformaciones profundas, tiene que fundamentarse en cuatro pilares, a saber, lo político, lo militar lo económico y lo científico-tecnológico. Son, en el lenguaje popular, las cuatro patas fundamentales de la “mesa”. La debilidad y la inconsistencia de alguna de ellas necesariamente conducen al descalabro y al colapso de ese proceso. Hasta el momento hemos abordado lo militar y lo político y las coincidencias que en ambos aspectos tienen la revolución coreana y la revolución bolivariana.  Ahora pasaremos revista a lo económico y lo científico-tecnológico, entendiendo que estos cuatro pilares o patas constituyen un todo complejo para el sostenimiento de la sociedad y el país que se quiere reconstruir, como lo es en el caso de Corea y Venezuela. 

En ambos casos, Corea y Venezuela, las estructuras económicas, los sistemas de producción y el aparato productivo, tanto en la industria como en la actividad agrícola y agroindustrial estaban caracterizadas por la dependencia, el atraso tecnológico científico y el carácter de nivel primario de extracción y producción de materia prima, sujetos a los dictámenes del imperio opresor y colonizador. Como se ha hecho referencia anteriormente, la península coreana había sido convertida en una colonia japonesa desde 1910 y todos sus recursos naturales estaban al servicio del colonizador y de empresarios coreanos colaboracionistas de esa colonización. En el campo, se había establecido un profundo latifundio que convirtió al campesino en un semi-esclavo, trabajando en condiciones críticas de explotación y sometido a la más cruel miseria. Siguiendo el método de trabajo que hemos desarrollado, vamos a hacer unas citas de un autor japonés, Jun Nishikawa quien señala: 

“Para comprender los cambios ocurridos en Corea, tanto en su parte norte como en el sur, debe tomarse en cuenta que antes de la liberación, el país había sido severamente explotado por el imperialismo japonés. En aquella época Corea era apenas un mercado suplementario de alimentos y materia prima y un receptor de sus productos manufacturados. En la época anterior a la liberación cien mil terratenientes poseían el 60% de las tierras; es decir que el 3.6 % de la población compuesto por japoneses y sus aliados controlaban el 60 % de las tierras de cultivo. El 80% del población rural estaba compuesta por arrendatarios; su situación muy precaria, muchos no tenían que comer durante la primavera debido al alto porcentaje de exportaciones (Principalmente de arroz) al Japón…. “   “Entre 1911 y 1915 el coreano promedio consumía 0.1278 de kilos litros (sic) de arroz anualmente; para 1931 esta cantidad se redujo a 0.0378. El consumo de arroz disminuyo un 30% durante la ocupación japonesa….”

                                                         (Jun Nishikawa El Desarrollo Económico de Corea del Norte)

Esta visión de la economía coreana da una idea de la situación en la que se encontraba este país y todo el esfuerzo que tuvo que hacer el liderazgo coreano para reconstruir desde abajo todo el aparato productivo y la actividad industrial y agropecuaria. Se tenía muy claro que en el campo la cooperativización de la actividad productiva no podía ser coercitiva, había que educar al campesino para que su incorporación fuese voluntaria, proceso que ha permitido que hoy el movimiento cooperativo en la RPD de Corea sea fuerte y haya permitido generar un nivel de bienestar en el campo, evitando las migraciones del campo a la ciudad. Un elemento que ha permitido darle fortaleza al proceso de Corea del Norte es el énfasis en la concreción de lo que ellos llaman las tres revoluciones, a saber la revolución ideológica, la revolución técnica-científica y la revolución cultural, en las cuales la educación ha jugado un papel fundamental. Estas tres revoluciones, en las cuales la revolución ideológica tiene preponderancia sobre lo técnico-científico y lo cultural, impregnan y son transversales a los cuatro pilares fundamentales a los que hacíamos referencia anteriormente: lo político, lo militar lo económico y lo científico-tecnológico. Esa preponderancia en lo ideológico se justifica por la situación de dominio extranjero y colonial que vivió el país por más de 40 años bajo el dominio japonés y era necesario transformar y erradicar la mente colonizada de la población y la tendencia a menospreciar lo propio ante lo externo. De tantos méritos que debemos reconocerle a Kim Il Sung, uno de los más importantes es hacer que el coreano recuperara su memoria histórica y su orgullo nacional, en todos los ámbitos de su existencia. Vamos a citar de nuevo al autor japonés Jun Nishikawa, quien tuvo la oportunidad de entrevistar a este líder coreano, quien demuestra como en lo económico Kim Il Sung tenía una visión estratégica de la política económica que debía prevalecer en su país, como forma de resguardar su independencia y su autonomía: 

“Ya habíamos mencionado cómo, después de la guerra de Corea, se dio una pugna en el seno del Partido del Trabajo de Corea, entre la fracción que favorecía la ayuda externa y la cooperación internacional y el grupo que pugnaba por una política nacional independiente.  Los primeros creían que el ingreso de Corea en el Comecon y su participación en la división internacional socialista del trabajo era una condición indispensable para lograr el desarrollo económico y que, en consecuencia, Corea debía exportar sus recursos naturales a los países de Europa Oriental e importar los bienes de capital de la Unión Soviética y de China. Como resultado de esta lucha interna, que se dio hacia finales de la década de los cincuenta, se impuso la política de desarrollo autónomo que ha predominado desde entonces.”

                                                          (Jun Nishikawa El Desarrollo Económico de Corea del Norte) 

Esta visión estratégica de Kim Il Sung de independencia y soberanía demostró su acierto contundente con la caída de la Unión Soviética y los países socialistas de Europa Oriental, que afectaron seriamente la economía coreana pero su política de contar y desarrollar sus propias fuerzas (Idea Juche) les ha permitido constituirse en lo que es hoy, una potencia nuclear, con una economía con indicadores de crecimiento, que se traduce en bienestar para su pueblo. 

La situación en la que Chávez encontró la economía y el desarrollo científico-tecnológico de Venezuela, era tan desolador como el que encontró Kim Il Sung en su momento, aunque no se habían producido guerras como la de la liberación del dominio japonés y la guerra de Corea, en contra de los EE.UU. En el caso de Venezuela, Chávez se enfrenta con una economía al servicio de los grandes intereses transnacionales, proveedora de materias primas a través de prácticas extractivas con el petróleo, hierro, oro y otros recursos minerales. Todo este proceso de convertir a la economía venezolana como un proveedor seguro de materias primas se inició fundamentalmente a principios del siglo XX, con el petróleo como motor fundamental y se ha mantenido incólume hasta nuestros días, a pesar de avances importantes como la nacionalización de la mayoría de esos recursos, el impulso a la creación de las comunas, con pretensiones de ser eje transversal a la economía venezolana.  Es interés de este trabajo, presentar con claridad la concepción económica que tenía Chávez y, a partir de ellas, estudiar las transformaciones que se intentaron realizar en los inicios de la revolución bolivariana y que aun hoy, en medio de esta feroz guerra económica y financiera que se nos impone, se intenta dar continuidad. El proceso formativo de Chávez fue intenso y su convencimiento de que había que superar el neoliberalismo es consecuencia de ello. Son muchas las informaciones al respecto pero vamos a revisar lo que nos parece más adecuado a este estudio. En tal sentido, citaremos parte del discurso del comandante Chávez en la ONU, cuando asumía la conducción del grupo de los 77, el 11 de enero de 2002:

“En los últimos años, en mi criterio, pareciera que la política, la gran política fue desterrada de los espacios del mundo. Claro, me parece que eso fue parte de un plan después de la caída del Muro de Berlín, después de la caída de la Unión Soviética, entonces se pretendió imponer en el mundo la idea del fin de la historia, se acabó el camino, llegó la era del pragmatismo, la era tecnócrata, ya no hace falta la política, es la mano invisible del mercado que todo lo puedo y que todo lo arregla. Es la tesis del neoliberalismo salvaje, nefasta tesis que tanto daño le ha hecho al mundo durante siglos, y ahora a finales del XX pues vino de nuevo con su veneno, con su egoísmo, sin alma, a tratar de desterrar la política” 

Obsérvese que estamos en el año 2002 y ya el comandante Chávez había consolidado una visión económica de avanzada y progresista, que se convertiría en un eje transversal de su concepción económica, que lo convirtió en un líder mundial para los pueblos que aspiran a transformar radicalmente la realidad económica que se nos trató de imponer con la globalización y el fin de la historia y la hegemonía neoliberal. En esa misma dirección, continúa Chávez expresando: 

“Hemos visto cómo el neoliberalismo en pocos años amenaza con acabar pueblos enteros. Amenaza y ha echado abajo gobiernos. Ha llevado a países que de estar rozando el primer y el segundo mundo, de repente han dado salto al infierno, a las puertas del quinto infierno, el desempleo, la pobreza, la explotación, la desigualdad, la injusticia y de allí a los conflictos sociales” 

Como línea conductora de este trabajo, hemos venido insistiendo en los paralelismos que observamos entre la acción práctica y teórica de Kim Il Sung y Hugo Chávez como líderes de sus respectivos países. Hemos señalado como sus luchas políticas en la búsqueda de la liberación de sus pueblos no impidieron que se fueran formando teóricamente en todos los campos. Sus ideas, sus escritos y sus previsiones de lo que debían ser sus países antes de la toma del poder, son parte de ese proceso de formación. En ambos líderes fue coincidente la pasión por volver a las raíces profundas de la historia y la cultura de sus pueblos, como plataforma para sus posteriores visiones en todos los campos y con más razón en lo económico. En el caso de Chávez, nos vamos a apoyar en Alfredo Serrano Mancilla, quien señala: 

“Los primeros años de Chávez fueron claves en su manera de razonar, explicar y pensar los hechos; de adquirir, como diría Marx, conciencia de clase, que a la postre será determinante para su acción política. Esto explica que Chávez haya desarrollado a la larga un pensamiento económico original y sólido, alimentado por las experiencias de la vida cotidiana así como por nuevas influencias procedente de los textos leídos y discutidos en la Academia Militar y fuera de ella. Estas influencias de juventud fueron interpretadas en sintonía con las primeras de la infancia: la dialéctica de las unas con las otras permitieron que Chávez desarrollara una matriz propia de pensamiento económico difícil de encajar en paradigmas predefinidos. Esto nos obliga a estudiarlo como creador de un pensamiento económico propio, con un sincretismo tan amplio, diverso y complejo que constituye un paradigma particular”.

                      (Alfredo Serrano Mancilla.  El Pensamiento Económico de Hugo Chávez Pag 44.) 

Este mismo autor, en su Blog de fecha diciembre de 2014, señala, el pensamiento de Hugo Chavez: 

….es un pensamiento económico de influencias dispares, de infinitas lecturas, de sempiternos diálogos, de innumerables vivencias, y fundamentalmente, de mucho inconformismo y de gran compromiso por el cambio a favor de la mayoría social, a favor de su pueblo. Para Hugo Chávez, además, la economía solo es posible cuando se práctica explicándola; es tan importante cada decisión económica como la forma de comunicarla para que todos la entiendan. No es una economía de expertos, es un paradigma económico que ha de ser transmitido a todo un pueblo mediante una pedagogía en busca de la emancipación social-“ 

Para cerrar esta parte referida la formación de pensamiento económico de Hugo Chavez, vamos a citar de nuevo s Serrano Mancilla, quien señala: 

“De una incomodidad incipiente con los postulados neoliberales, Chávez pasa a vislumbrar un proyecto situado en un horizonte superador de aquél (pos neoliberal), para proyectarse —en un sentido abierto, inacabado y en disputa— en la célebre fórmula del socialismo bolivariano del siglo XXI. Ese recorrido, (….) evidencia esa asombrosa capacidad de Chávez para pensar simultáneamente en los múltiples tiempos de la política, tanto como su coraje por avanzar sin miedo en la reinvención de todo aquello cuanto sea necesario. Chávez, en tanto hacedor de una “época ganada” para las mayorías populares, se ubica ya entre los personajes más importantes de la historia”.

                      (Alfredo Serrano Mancilla.  El Pensamiento Económico de Hugo Chávez.) 

Para no perder de vista la motivación fundamental de este trabajo, traducida en las coincidencias que hemos documentado entre Kim Il Sung y Hugo Chavez y sus acciones políticas e ideológicas, abordaremos lo planteado por el comandante Chávez en el discurso Ante la Asamblea Nacional Constituyente,  el 5 de agosto de 1999: 

“Contra el dogma del mercado, que pretende convertirlo en Dios, que no arregla sociedades, ni hace repúblicas, ni impulsa el desarrollo colectivo, ya que el mercado se basa en el individualismo que ha llevado al mundo a que seamos unos salvajes luchando unos contra otros, contra ese dogma no podemos responder nosotros con otro dogma, no podemos proponer el extremo del Estado. No saquemos más dogmas, inventemos modelos propios, la mano invisible del mercado con la mano visible del Estado y una combinación, un punto de equilibrio. Ellos son instrumentos para un fin último: el desarrollo del hombre, el desarrollo de la mujer, el desarrollo del niño, el desarrollo humano. Ese sí es el fin último, no el mercado por sí mismo, ni el Estado por sí mismo. Es el hombre, como decía Jesús, el alfa y el omega, el comienzo y el fin. A ese dogma neoliberal enfrentemos el hombre, la maravilla que es el ser humano. Más allá de ese binomio mercado-Estado, está el ser humano”.  (Discursos Fundamentales. Ideología y Acción Política. Vol. I. Caracas: Foro Bolivariano de Nuestra América, 20039

Como hemos de suponer, todo ese proceso formativo no fue un ejercicio intelectual para el regodeo pequeño-burgués sino que, una vez asumido el poder en 1998, el comandante Chávez progresivamente comenzó a poner en práctica lo que él consideraba que era el camino que debía transitar Venezuela para su reconstrucción en todos los órdenes. Bajo su liderazgo, cuando llamó a una constituyente tenía como visión estratégica que en la nueva constitución que se desprendería de ese proceso constituyente, la transformación económica de Venezuela era una prioridad. Queremos hacer énfasis en este sentido porque ello constituye una demostración concreta de que el comandante Chávez hizo palabra escrita su compromiso de transformación de la Venezuela que encontró cuando  decidió, junto a sus compañeros de lucha, enrumbarla por otros senderos distintos a los que la había conducido el puntofijismo desde hacía más de 40 años. En este sentido, es oportuno puntualizar sobre la situación en la que se encontraba Venezuela al inicio del gobierno de Hugo Chávez. En un artículo de y publicado en la se plantea claramente esta situación: 

“Conviene no obstante precisar que el gobierno de Chávez no se inició en un marco de bonanza petrolera ni, mucho menos, de holgura fiscal. Chávez recibió una situación económica compleja con serias restricciones externas y fiscales. Las reservas internacionales habían caído en cerca de 3.000 millones de dólares en el último año y el déficit fiscal alcanzaba casi 4% del PIB. Parte del problema es atribuible a la caída estrepitosa de los precios del petróleo ocurrida en 1998, que llevó a que el crudo venezolano se cotizara entre 9 y 10 dólares, por debajo del promedio histórico de las últimas tres décadas. Pero aun bajo estas importantes restricciones iniciales, el esfuerzo por reorientar los recursos hacia el área social es evidente.”

                 (Leonardo V. Vera. Venezuela 1999-2007. Revista NUSO Nº 215 / mayo - junio 2008.) 

A partir de la cita anterior, es necesario puntualizar que el objetivo de este trabajo no es hacer una evaluación de los logros o debilidades de las políticas de Chávez, que los hay en ambos sentidos, sino demostrar con hechos la coherencia en pensamiento y acción que siempre tuvo en vida política y humana, poco común en los políticos venezolanos de todos los tiempos.

Como han señalado diversos analistas económicos, aun los que se oponen al pensamiento económico de Chávez, la concepción económica que el construyó teóricamente no fue mediatizada por dogmas de ningún tipo y las nutrió tomando de diversas corrientes lo que para él más se adaptaba a las condiciones socio-políticas e históricas de Venezuela. De allí su empeño en el llamado constituyente y en la concreción de una nueva constitución sobre la cual se asentara la nueva economía venezolana por construir.  Esta nueva constitución tiene la impronta de Hugo Chávez, no obstante la amplia y profunda discusión que se desarrolló con todos los sectores del país, como nunca había ocurrido en la historia republicana de Venezuela. Citaremos a continuación una parte muy importante de la Exposición de Motivos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, donde claramente se percibe el pensamiento económico de Hugo Chávez en cuanto a no amarrarse a dogmas o corrientes de pensamiento económico como traslados mecánicos a la realidad venezolana:

 “El régimen socioeconómico no se define de forma rígida, no obstante se consagran principios de justicia social, eficiencia, democracia, libre de competencia e iniciativa, defensa  del  ambiente,  productividad  y  solidaridad,  fuera  de  cualquier  dogmatismo ideológico con relación a la ya superada disputa sobre los roles del mercado y el Estado evitando una visión externa y excluyente de los contenidos sociales de todo sistema económico, pero sentando las bases de una economía de respeto a la acción individual. El Estado no está ausente, tiene un papel fundamental como regulador de la economía para  asegurar  el  desarrollo  humano  integral,  defender  el  ambiente,  promover  la creación de valor agregado nacional y de fuentes de trabajo, garantizando la seguridad jurídica para fomentar, junto con la iniciativa privada, el desarrollo armónico de la economía  nacional  y  la  justa  distribución  de  la  riqueza.  En  suma,  se  plantea  un equilibrio entre Estado y mercado, en razón de que el problema no es mas Estado o menos Estado, sino un mejor Estado y el mercado no es un fin en sí mismo, sino un medio  para  satisfacer  las  necesidades  colectivas:  ese  equilibrio  debe  prevalecer  entre productividad  y  solidaridad,  entre  eficiencia  económica  y  justicia  social,  dando libertad  a  la  iniciativa  privada  y  preservando  el  interés  colectivo”.

(EXPOSICION DE MOTIVOS DE LA CRBV. TITULO VI Del Sistema Socioeconómico CAPITULO I Del Régimen Socioeconómico y de la Función del Estado en la Economía.) 

La entrada en vigencia de la nueva constitución (CRBV-1999) se tradujo en lo económico en una política en la que el hombre debe ocupar el centro, a través de una reorganización social de la producción donde, además de la propiedad privada, se incorporen nuevas formas de propiedad colectivas y de participación de toda la sociedad (Cooperativas, Comunas, Asociaciones de productores y consumidores) que permita diversificar la producción. Para Chávez, era más que evidente que la situación de exclusión y pobreza y pobreza extrema en la que se encontraba casi el 80 % de la población no podía abordarse con las herramientas macroeconómicas, tradicional en los gobiernos anteriores a 1999. El mantenimiento de esta situación hacia insostenible cualquier proceso de cambios revolucionarios que se intentara desarrollar. A diferencia de Kim Il Sung y el proceso coreano, quienes llegaron al poder a través de la lucha armada, encontrando poca oposición a sus objetivos, para Chávez y la revolución bolivariana el panorama era radicalmente distinto. Las transformaciones que se intentaban hacer ocupaban el mismo espacio de los intereses económicos y políticos que se oponían a dichas trasformaciones. Ese tránsito hacia una nueva Venezuela, con una estructura económica neoliberal y una clase social que por muchos siglos venia ostentando el poder político y económico con mucha fuerza interna, no era fácil y se estaba consciente de los obstáculos que se iban a presentar. Eso lo tenía muy claro el comandante Chavez y siempre decía, parafraseando a Gramsci, es la lucha dialéctica entre lo que está naciendo y lo que se niega a morir. Es conveniente, oír al propio Chávez, quien expresa: 

“Lo económico es bastante complejo. Sepan ustedes que —yo lo repito de Mészáros— no hay nada más difícil, en cuanto a procesos sociales se refiere, que construir la alternativa al capitalismo. Lo económico yo lo resumiría de esta manera: la propiedad de los medios de producción en manos de la comuna; propiedad social en distintas combinaciones. Y eso tiene que ver con la creación de un nuevo modelo económico en la comuna: el modelo económico socialista, que tiene que partir desde la actividad primaria, desde la producción de materia prima”. (Chávez Hugo. Socialismo del Siglo XII.  pág. 89.) 

Todo lo anterior explica y justifica el conjunto de medidas económicas que se tomaron en el inicio del proceso bolivariano y que necesariamente iban a desembocar en las convulsiones políticas de 2002 y 2003. Un conjunto de esas medidas lo constituyen las misiones económicas y sociales que posibilitaron reivindicar a la mayoría de la población que estaba al borde del abismo de la desigualdad y la exclusión y no podían darse el lujo de esperar opciones macroeconómicas como las que se venían desarrollando desde las posturas neoliberales. Incluso, algunos analistas críticos del proceso bolivariano así lo reconocen. Vamos a citar a Leonardo Vera, quien en su trabajo señala: 

“Desde un principio, las misiones se orientaron a la atención de los problemas sociales prioritarios en las áreas de educación, salud, alimentación, trabajo y vivienda. (….) …conformaron un paraguas bajo el cual los esfuerzos de la política social se agruparon en una única agenda de acción, con una cobertura muy amplia. Además, las misiones se ejecutaron por medios extrainstitucionales y expeditos, se articularon con otras políticas dirigidas a transformar el modelo de desarrollo productivo y, en términos políticos, se convirtieron en una herramienta decisiva para incidir sobre la dirección del país”.

(Leonardo V. Vera. Venezuela 1999-2007. Revista NUSO Nº 215 / mayo - junio 2008.) 

Para reforzar lo anterior, citaremos al mismo autor, quien expresa: 

….”Solo en 2003 se pusieron en práctica la Misión Barrio Adentro, Robinson I, Robinson II, Ribas, Sucre y Miranda. Luego, en 2004, se crearon las misiones Mercal, Vuelvan Caras, Hábitat, Identidad y Guaicaipuro. (…)….Como resultado, hoy existen unos 30 programas bajo el paraguas de las misiones que reciben asignaciones regulares por vía del presupuesto o recursos directos de PDVSA”.

       (Leonardo V. Vera. Venezuela 1999-2007. Revista NUSO Nº 215 / mayo - junio 2008.) 

Aun los más férreos opositores al proceso bolivariano tienen que reconocer que la puesta en práctica de las misiones constituyó una herramienta de reivindicación histórica de amplios sectores de población que, como decíamos en líneas anteriores, estaban excluidos de los beneficios de la renta petrolera. Incluso los sociólogos y estudiosos de lo social en Venezuela, acuñaron, sin eufemismos de ningún tipo, la categoría de marginalidad, para describir a estos sectores. Estas misiones demostraron palpablemente que el desmontaje de todo el aparato burocrático viciado y corrupto construido para la atención de esos problemas referidos a salud, vivienda, alimentación, educación e inclusión social eran insostenibles y ya no había tiempo de espera para “ajustarlos” o “adaptarlos” a la nueva realidad política y económica que se pretendía establecer en el país. El surgimiento de las misiones es otra demostración de la voluntad de Chávez de cumplir con su compromiso de redención social del pueblo venezolano. 

Otro eslabón importante en la continuidad de coherencia demostrada por el comandante Chávez lo constituyen las leyes habilitantes de 2001, que para muchos analistas fue el detonante para que la derecha nacional e internacional se decidiera a actuar por el camino insurreccional y golpista. Estas leyes tocaban de cerca intereses muy estimados por la oligarquía nacional y atentaban en contra de su propia existencia política y económica, enraizada en el país desde nuestra propia existencia como nación. A los efectos de este trabajo, en consonancia con el método que hemos venido utilizando, citaremos un comentario de Gregory Wilpert en su artículo la Ley Habilitante de Venezuela y el Costo Político de la Eficiencia, publicado en la página web Venezuelanalysis.com del 22/02/2007  

“Los 49 decretos-ley que Chávez firmó en noviembre del 2002 tuvieron un efecto democratizante, tal como la reforma agraria que democratizó la distribución de la tierra, la reforma bancaria que mejoró el acceso al crédito para las micro-industrias, la reforma pesquera que le dio capacidad a los pequeños pescadores de incrementar su producción porque protege la pesca artesanal al obligar a los pescadores grandes a pescar mar adentro, o la ley de hidrocarburos que incrementó los ingresos del Estado provenientes de la producción petrolera”.

                                                       (Gregory Wilpert. Venezuelanalysis.com. 22/02/2007 )                                                                         

Tal fue el impacto de algunas de esas leyes, como las de la tenencia de la tierra, la Ley Orgánica de Hidrocarburos y la de pesca, que una vez consumado el golpe de estado del 2002, en el breve “gobierno” de Carmona, una de las exigencias de la burguesía fue la inmediata derogación de esas leyes. 

Los resultados positivos que comenzaron a producirse en Venezuela, en términos de inclusión social, mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores más vulnerables, disminución porcentual de los niveles de pobreza y pobreza crítica, visibilización de una población que estaba al margen de los conceptos de desarrollo nacional y que mejoraron enormemente su posibilidad de alimentación y de atención en salud,  mayor acceso a créditos de los pequeños y medianos productores de la ciudad y el campo, lo cual potenció el nuevo concepto de propiedad social y colectivo, al lado de la propiedad privada, que se respeta dentro de los límites establecidos en la constitución nacional de 1999. Claramente era un nuevo horizonte que se le abría al país, después de tantos años de espera, de sumisión, de exclusión social y de destrucción de nuestro concepto de nación. Por supuesto, ese camino, esa nueva política tenía que afectar intereses nacionales e internacionales y su tránsito no era fácil, como siempre lo reiteraba el comandante Chávez. Toda la vorágine posterior de desestabilización, golpes de estado, amenazas de invasión e intervención militar y sanciones y bloqueos económicos y financieros es la respuesta de la derecha internacional y el gran capital, que no descansarán jamás en su empeño de torcer el rumbo del proceso bolivariano. 

Hemos dejado para el cierre de esta parte del trabajo, lo referido a las comunas, porque consideramos que es una de las deudas que tenemos con el comandante Chávez. Desde un principio, su gran sueño fue que lo comunal fuese transversal a toda la economía venezolana. Para él no era un concepto marginal ni una opción más en la transformación estructural de la sociedad venezolana. Hasta el último aliento de su vida mantuvo su aspiración de la consolidación de una economía comunal, como plataforma cierta para el impulso de una sociedad socialista, construida desde lo más profundo del ser venezolano. Acompañemos al comandante Chávez, cuando nos señala: 

“Esas comunidades socialistas deben ser las comunas. La comuna debe ser el espacio sobre el cual vamos a parir el socialismo. El socialismo desde donde tiene que surgir es desde las bases, no se decreta esto; hay que crearlo. Es una creación popular, de las masas, de la nación; es una “creación heroica”, decía Mariátegui. Es un parto histórico, no es desde la Presidencia de la República. El tema de las comunas tiene que ser transversal, llama a todos los ámbitos. La comuna es una responsabilidad de todos. Aquí quiero insistir en una línea teórica: es necesario que nos armemos de la visión holística. El holismo es la visión integral. Hay que mirar la realidad completa y asumirla como un todo.”

                                                                             (Chávez Hugo. Socialismo del Siglo XXI.  pág. 81) 

La educación, la ciencia y la tecnología y su papel liberador en las propuestas revolucionarias de kim Il Sung y Hugo Chávez. 

Los avances científicos-tecnológicos de la RPD de Corea son parte de esa política independiente y soberana y así como se prefiguró el país a reconstruir desde lo militar y lo político-ideológico, igual se hizo con lo científico-tecnológico, donde la transformación educativa, tanto en calidad como en cantidad, jugó un papel muy importante. En el momento de la liberación de la patria, la situación de la educación era critica, había un 80 % de analfabetismo, en la parte norte no habían universidades, la cantidad de intelectuales no plegados a los intereses japoneses era escasa. En 1949 se logró la alfabetización total de la población y se sentaron las bases para superar la situación de atraso en que se encontraba la educación coreana. En 1956 se fundó el Sistema obligatorio general primario, en 1958 el sistema secundario de enseñanza obligatoria. Entre 1967 y 1972 se establecen los sistemas de enseñanza obligatoria de 9 y 11 años. Fue un salto cualitativo y cuantitativo asombroso que hizo posible que hoy la RPD de Corea sea uno de los países con un sistema educativo, en todos los niveles, igual o superior a otros países con mayores recursos y no sometido a un bloqueo financiero y económico, por parte de los EEUU, desde el mismo momento de su fundación en 1948. En la etapa universitaria los estudiantes trabajan con los obreros y ayudan en la parte práctica-técnica. No es solo formación ideológico-político, es importante lo referido al conocimiento y formación en lo técnico-científico. En sus Memorias, Kim Il Sung insiste en la importancia de la educación universitaria para la concreción de la patria socialista que desde siempre soñó. Es así como plantea: 

“La experiencia de nuestra construcción industrial nos enseña que solo contando con cuadros competentes provistos de conocimientos de la ciencia moderna y de alto nivel tecnológico-productivo se podrá lograr éxitos en la industrialización. Por lo tanto, debemos superar cuanto antes y sin falta la escasez de personal de valía, escasez que se deja sentir en la industria, la agricultura, los transportes, la cultura, los asuntos militares y otros sectores.”

                                                              (Kim Il Sung. En el Transcurso del Siglo. Memorias No. 6.) 

Solo tenemos que imaginarnos la situación en la que se encontraba Corea, después de la liberación del dominio japonés y al final de la guerra de Corea con los EEUU, para comprender la gesta heroica del pueblo coreano y su liderazgo, para reconstruir la patria. Nunca se perdió de vista el papel que la universidad debía jugar en ese proceso, sin improvisaciones y con una idea clara sobre los objetivos a alcanzar. Revisemos estas otras citas de Kim Il Sung, en sus Memorias, para poner de manifiesto su carácter de líder y conductor del pueblo coreano hacia su reconstrucción como nación: 

“una de las más importantes tareas que deben cumplir los profesores universitarios, los empleados y los estudiantes es llevar por un cauce correcto las investigaciones necesarias  para reestablecer y construir la economía nacional después de la guerra…..  …..A la universidad le incumbe localizar y registrar las riquezas naturales del país y llevar a cabo intensas investigaciones para utilizarlas de modo racional….  ….Otras investigaciones que deben realizar son las relativas a la industrialización y la electrificación del país…  …Para construir el socialismo tenemos que industrializar al país (y electrificarlo)…..

                                                              (Kim Il Sung. En el Transcurso del Siglo. Memorias No. 6.) 

Kim Il Sung fue un severo crítico de los científicos e intelectuales que desarrollaban sus trabajos en total desconexión de los problemas reales de Corea. En múltiples oportunidades insistió en que las universidades y los institutos de investigación tenían que dirigir su trabajo hacia la construcción socialista y hacia la defensa de la patria. En un discurso de abril de 1952,  señala: 

“…Entre nuestros científicos y técnicos se hacen sentir en gran medida, prácticas de que, movidos por gustos y mezquinos intereses particulares, se aferran a problemas de poco valor real y muy distantes de las exigencias del estado, considerándolas como investigaciones nobles, sin prestar atención a la solución de problemas relacionados con el financiamiento de la capacidad defensiva y con la construcción de la economía nacional”

                                                                                                             (Kim Il Sung. Obras Completas) 

La continuidad estratégica de estas políticas diseñadas y aplicadas por Kim Il Sung es lo que ha hecho que la RPD de Corea sea hoy una potencia científica-tecnológica, con gran capacidad de creación de energía nuclear para la defensa nacional, con carácter disuasivo y esté al mismo  nivel de muchos países desarrollados en la carrera espacial y en la construcción de misiles de corto y largo alcance, como armas disuasivas para quienes pretendan desviar el camino de la RPD hacia su grandeza como país y como estado. Esa continuidad se expresa hoy con un decidido apoyo a la investigación científico-tecnológica, incluso el gobierno norcoreano, por mandato de Kim Jong Un, ha construido un complejo residencial para investigadores en Pyongyang, con la intención de seguir impulsando el desarrollo científico pese a las sanciones internacionales. El complejo Ryomyong, ubicado en la zona norte de la capital, alberga apartamentos para científicos e investigadores, incluidos docentes de la Universidad Kim Il Sung, guardería, lavandería, oficina de correos y otros edificios e instalaciones de servicio público", indicó la agencia. En tal sentido, el líder norcoreano informó a la agencia estatal de noticias KCNA lo siguiente: 

"No se trata solo de construir una calle, sino que es una oportunidad para mostrar el espíritu de Corea del Norte de estar al día con el mundo a pesar de todo tipo de sanciones y de la presión de los imperialistas estadounidenses y sus seguidores", destacó el medio estatal” 

Para cerrar esta parte del trabajo, referida a los logros de la RPD  de Corea y su liderazgo, Kim Il Sung, Kim Jong Il y Kim Jong Un,  en la reconstrucción de la economía y la ciencia y la tecnología coreana, reproducimos nota informativa de la Agencia Oficial Coreana KCNA, del 28 de octubre de 2015.

“El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha inaugurado un extenso complejo dedicado a la ciencia y la tecnología en Pyongyang, el más reciente de los nuevos proyectos del gobierno para modernizar la capital y promover el progreso científico de Corea del Norte, informó hoy la agencia estatal KCNA. 

Con aspecto moderno y una superficie de 100.000 metros cuadrados en el islote de Ssuk del río Taedong, el Complejo de Ciencia y Tecnología persigue el doble objetivo de "instruir al pueblo en conocimientos científicos y tecnológicos" y "ayudar a construir una nación próspera", según KCNA.

“La presentación de este complejo llega una semana después de que el líder inaugurara la Avenida de Científicos Mirae en Pyongyang, su mayor proyecto urbano considerado un paradigma de la modernización de la ciudad y la promoción de la ciencia.

Las instalaciones del Complejo de Ciencia y Tecnología incluyen "salones de exhibición de ciencias básicas y aplicadas, una sala de simulación de terremotos y un laboratorio científico virtual", entre otras, explicó la agencia.

Además, se alimenta de energías renovables como la solar o la geotérmica y está equipado con "ordenadores táctiles, proyectores y otros equipos de nueva generación y alberga salas de ciencia y tecnología, así como espacios de lectura", según la KCNA.”

En el caso de la educación, la ciencia y la tecnología, siempre el comandante Chávez tuvo una posición muy clara en su importancia y su papel protagónico en la consolidación del proceso revolucionario. Los esfuerzos hechos para la transformación cuantitativa y cualitativa de la educación venezolana son una realidad. Por esta razón, al igual que Kim Il Sung en su tiempo, Chávez acometió la heroica tarea de combatir el analfabetismo, que alcanzaba cifras espeluznantes.  En un corto tiempo se alfabetizó casi al 100% de la población, convirtiendo a Venezuela en un territorio libre de analfabetismo, reconocido por la Unesco y palpable a los ojos de un país que comenzaba a salir de una profunda oscuridad e ignorancia. Después de este gigantesco paso, se “descubrió” otra realidad igual o peor que la anterior: Millones de venezolanos que nunca habían tenido acceso a la educación formal, una deserción escolar en aumento y unas instituciones educativas en todos los niveles cerradas a las posibilidades de los más pobres. En apariencia, todos tenían derecho a la educación, en todas sus modalidades y niveles, pero en la práctica era un derecho para los sectores con mejores posibilidades económicas. Las luchas estudiantiles se centraban en la conformación de comités por el cupo estudiantil y eran inmensas las cantidades de jóvenes con poca o ninguna opción de ingresar a los escasos centros de educación superior que habían en el país. Las políticas de admisión universitarias eran los filtros para dejar por fuera a los jóvenes de los sectores populares. Ante esta realidad, el comandante Chávez impulsó las misiones educativas, mencionadas anteriormente, con el propósito de romper con esas políticas de exclusión. Ello condujo a que millones de personas tuvieran acceso a la educación en sus propios territorios, se crearon las aldeas universitarias municipales y surgieron diferentes tipos de universidades e institutos tecnológicos que hoy son una realidad incuestionable. 

Como visión estratégica, el comandante Chávez siempre vinculó la transformación de la educación venezolana con la necesidad de sentar las bases de un desarrollo científico y tecnológico que apuntara hacia la consolidación de la independencia, la soberanía y la defensa nacional. Es la misma visión de Kim Il Sung con respecto a la consolidación del proceso revolucionario coreano, sobre la cual hemos realizado citas en líneas anteriores. Asumiendo, como debe ser, la construcción de nuestro proceso revolucionario es un proyecto en marcha, en pleno desarrollo, en el cual tenemos que hacer constantes evaluaciones sobre las debilidades de cada uno de los cuatro pilares (O patas de las mesas) que le dan solidez a todo intento de construcción de nuevas realidades políticas y económicas-sociales. Las estructuras política-ideológicas (partidos políticos, fuerzas armadas, organizaciones de base), económica-sociales (sistemas productivos, comunas, cooperativas) son insostenibles si hay debilidades en las estructuras educativas y científico-tecnológicas. 

Por múltiples razones históricas, geográficas y culturales, el proceso de construcción que se ha desarrollado en la RPD de Corea, bajo el liderazgo inicial de Kim Il Sung, se ha cimentado por haberle prestado atención fundamental al desarrollo científico y a la producción de conocimientos, desde las vertientes de sus propias fuerzas (Idea Juche), con un sistema educativo enfocado hacia esos fines, lo que le permite hoy garantizar su independencia científica y tecnológica y frenar todos los intentos imperiales de detener su marcha victoriosa. 

Todo lo anterior tiene como justificación, señalar que una de las más fuertes debilidades que tiene nuestro proceso revolucionario es no haber dedicado un esfuerzo mayor para tener un desarrollo científico y una capacidad tecnológica para generar innovaciones y soluciones a nuestros problemas. Es un llamado a la reflexión para entender que si no somos capaces de innovar y resolver nuestros propios problemas con ciencia y tecnología nacional, seguiremos siendo vulnerables a las sanciones, los bloqueos y seguiremos poniendo en riesgo la independencia política y económica que hemos alcanzado hasta el momento. En esta crítica y autocrítica, tenemos que hacer conciencia sobre esta debilidad. Seguimos dependiendo de lo externo, nuestra industria, nuestro desarrollo agrícola y la soberanía alimentaria, la presencia de una Fuerza Armada preparada y consciente de su papel histórico en la defensa del proceso bolivariano y la consolidación de un partido político fuerte, acompañado por un pueblo dispuesto a todo por defender los logros alcanzados, pueden ser vulnerables si hay un deficiente desarrollo científico-tecnológico. Lo anterior era una de las preocupaciones fundamentales de Chávez y es una deuda que tenemos que saldar, aun en medio de las situaciones que nos ha tocado enfrentar durante los últimos años del gobierno del presidente Maduro. Para eso tenemos el mandato de nuestra ley fundamental, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que en su artículo 110 expresa con toda claridad 

“El Estado reconocerá el interés público de la ciencia, la tecnología, el conocimiento, la innovación y sus aplicaciones y los servicios de información necesarios por ser instrumentos fundamentales para el desarrollo económico, social y político del país, así como para la seguridad y soberanía nacional. Para el fomento y desarrollo de esas actividades, el Estado destinará recursos suficientes y creará el sistema nacional de ciencia y tecnología de acuerdo con la ley. El sector privado deberá aportar recursos para los mismos. El Estado garantizará el cumplimiento de los principios éticos y legales que deben regir las actividades de investigación científica, humanística y tecnológica. La ley determinará los modos y medios para dar cumplimiento a esta garantía”.

                                            (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Artículo 10) 

Como hemos dejado ver en varias partes de este trabajo, los objetivos estratégicos que nos planteamos es que Venezuela, al igual que lo hizo la RPD de Corea, bajo el liderazgo de Kim Il Sung y Kim Jong Il y continuado por el actual líder Kim Jong Un, consolide y fortalezca cada uno de los pilares que hemos considerados como vitales para afianzar y profundizar los logros revolucionarios. Los cimientos de todo proceso revolucionario, hemos señalado reiteradamente, son alcanzar un desarrollo político e ideológico sobre la base de la reconstrucción de los valores de la nación, su historia, su cultura, con un sentido nacionalista, sin perder la perspectiva del internacionalismo y la solidaridad; Construir una fuerza armada poderosa, ganada para los interés nacionales y de defensa de la independencia y la soberanía; Un partido político como una poderosa arma de interconexión de todos los sectores nacionalistas del país; Hacer posible una economía que ponga al hombre en el centro, como fin último para su bienestar, superando el neoliberalismo salvaje y la exclusión social y económica; Una educación y un desarrollo científico-tecnológico en sintonía y conexión con los altos intereses del país, capaz de producir ciencia y tecnología para romper con la dependencia externa y garantizar la independencia nacional. Es obvio que la debilidad de alguno de esos pilares tiene que ser evaluado con carácter crítico, para corregir y transformar lo que se haya hecho mal o incompleto. Es una tarea estratégica que debe acometerse sin dilación. 

Todo lo anterior es para señalar que a pesar de los grandes esfuerzos que se han hecho, lo referido a la educación y a la ciencia y la tecnología son lo que en lenguaje popular conocemos como “la pata floja de la mesa”. El comandante Chávez nunca perdió de vista esta situación e incluso en la constitución de 1999 así está establecido. Se creó la Misión Ciencia y se modificaros y crearon leyes y organismos referidos a lo científico y tecnológico, pero aun hoy se percibe esa debilidad. Es un deber revolucionario hacer que nuestras industrias, nuestra agricultura, nuestros sistemas de transporte, nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, nuestra capacidad de producción de energía eléctrica, gasífera, combustibles y otros elementos vitales para la independencia económica y política, no sigan sujetas a los mecanismos limitantes para el acceso a repuestos, componentes y equipos que nos hace vulnerables a las sanciones y bloqueos financieros y económicos.

Las expectativas de que si podemos avanzar hacia la consolidación de un sistema educativo y un desarrollo científico tecnológico al servicio de la independencia y la soberanía, están sustentadas en nuestras capacidades para establecer alianzas internacionales con las más grandes economías del mundo (Rusia, China, India, Irán) y con países que son ejemplo de resistencia y preparación para frenar las a apetencias imperiales de someter a los pueblos (La RPD de Corea y Cuba).  Fuimos y somos capaces de construir una fuerza armada revolucionaria, bien equipada y dispuesta a defender nuestra soberanía; Pudimos concretar un partido político revolucionario, bien organizado y uno de los más fuertes de toda Latinoamérica; Establecimos un sistema de salud paralelo al viejo sistema existente que nos ha permitido enfrentar positivamente la pandemia del Covid 19 y regamos por el país atención medica preventiva y curativa con los módulos de Barrio Adentro, Centros de diagnósticos integrales, centros de alta tecnología y fundamos una escuela de medicina integral que atiende a alumnos de otros países, que aun con la crisis inducida por la guerra económica, son un potencial enorme en personal médico y paramédicos, infraestructuras y equipos de primer nivel; Creamos un modelo de distribución de alimentos a través de los Mercal y Pedeval, con pequeñas y grandes infraestructuras de mercados y supermercados que constituyen un pasivo tangible de la inversión realizada, establecimos un sistema de venta y distribución de alimentos, único en el mundo, que a través de los CLAPS, vincula directamente al estado con las familias y las comunas y los consejos comunales. Toda esta experiencia de emprendimiento, de organización y de capacidad tenemos que transformarla en un estímulo y un impulso para definitivamente refundar nuestro desarrollo científico y tecnológico, vinculado a un sistema educativo que sea la plataforma para tal fin. Tenemos la capacidad humana y científica para hacerlo posible.









 

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